De punta a punta solo, del todo solitario,
sin una compañía de un amigo o un extraño;
la mirada perdida en el negro vacío,
muy mal acompañado por un inmenso hastío
y fantasmas oscuros que me siguen de antaño,
en las noches cavilo como un ritual del diario.
Sin positivo augurio del devenir incierto,
las metas confundidas y más aún revueltas,
los sueños moribundos y un áspero presente,
carente de alegría, sin orden en la mente,
cansado de la lucha, de las idas y vueltas,
rendido, no vencido; y mucho menos muerto.
Mal ayer, peor hoy, tal vez mejor mañana,
intento vanamente que llegue el grato día,
del festejo titánico, absoluto, tenaz,
de ese triunfo concreto, evidente, veraz,
que esquivo se me oculta, no obstante mi porfía,
que solo palpa en sueños mi pertinacia vana.
¿Será que en mi existencia no existe una salida?
¿Será que lo de siempre nunca podrá cambiar?
¿Por qué me pongo viejo sin ver un buen futuro,
no encuentro en mi camino atajo menos duro,
si lucho día a día y sueño con triunfar?,
¿Por qué toda ilusión sucumbe y queda hundida?
Yo no sé lo que pasa, todo veo confuso,
mi vida me parece una eterna agonía.
Sólo queda luchar; y así, por tal, la afronto,
¡quizás un tris de suerte llegue un día de pronto!,
un genio de botella, un premio en lotería,
un designio del cielo o albur igual de iluso.
Aquí me mantendré en lucha sostenida,
testarudo, empapado en mi sudor salino,
sumiso a mi penar, curtido en mi porfía,
soñándome una suerte que no llegue tardía,
que vuelva senda hermosa mi escabroso camino,
algunos días antes de que pierda la vida.
Poema poli rítmico en sextetos tetra decasílabos con hemistiquios 7- 7.
Rima “abrazada” consonante ABCCBA…
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